El gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha una iniciativa que ha generado inquietud en el sector tecnológico con la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Este nuevo organismo busca reescribir el código base de los sistemas de la Administración de la Seguridad Social (SSA) en un breve período de tiempo. La medida ha suscitado preocupación entre ingenieros de software y especialistas en sistemas legacy, quienes consideran que este plan apresurado podría resultar desastroso.
El principal motivo de preocupación radica en que el sistema que gestiona las pensiones y prestaciones sociales de más de 70 millones de personas en Estados Unidos está basado en COBOL, un lenguaje de programación creado en 1959. Este lenguaje ha sido fundamental en sectores críticos como las finanzas y la administración pública, y aún hoy se estima que más de 800.000 millones de líneas de código COBOL están activas en todo el mundo.
Cambiar este sistema implica una compleja migración que involucra la recreación detallada de toda la lógica empresarial y las reglas de procesamiento. Los sistemas escritos en COBOL contienen décadas de validaciones y ajustes que son cruciales para su funcionamiento sin errores. La falta de conocimiento actual sobre COBOL, debido a que muchos de los expertos en el lenguaje se han retirado o cambiado de sector, complica aún más este proceso.
Durante la pandemia de COVID-19, se evidenció la fragilidad de los sistemas basados en COBOL cuando varios sistemas de prestaciones por desempleo colapsaron bajo la presión de numerosas solicitudes. Esta situación subraya la necesidad de abordar la modernización de manera gradual y segura, como se ha hecho en algunos proyectos piloto que incorporan nuevas tecnologías sin deshacerse por completo del núcleo COBOL.
La fiabilidad de los sistemas COBOL es uno de sus mayores activos. Con tasas de error inferiores al 0,1 %, estos sistemas gestionan operaciones de cálculo intensivo de manera eficiente. La modernización de tales sistemas debe ser cuidadosa y considerar enfoques como la emulación en la nube o la integración de microservicios, siempre dedicando el tiempo necesario para asegurar la estabilidad.
La decisión del DOGE también tiene un componente político, en un intento de mostrar una administración ágil. Sin embargo, expertos advierten del peligro de priorizar la velocidad sobre la eficacia, especialmente cuando la estabilidad del sistema es crítica. La historia ofrece ejemplos de intentos fallidos de reescribir sistemas basados en COBOL, como sucedió en Canadá con su sistema de impuestos.
En conclusión, cualquier transición de los sistemas de la Seguridad Social debe ser abordada con cautela, considerando la importancia de mantener la estabilidad y eficiencia actuales. Un enfoque apresurado puede conllevar riesgos significativos, y expertos destacan la importancia de valorar la continuidad y robustez de los sistemas existentes, en lugar de reemplazarlos precipitadamente.