El renacimiento de los vinilos sigue en auge y con él, llegan dispositivos modernos como el Pioneer PLX-500 y los altavoces DM-50, que combinan el encanto retro con tecnología contemporánea. El tocadiscos PLX-500, una versión accesible del modelo profesional PLX-1000, destaca por su base sólida y plato de aluminio fundido a presión, proporcionando estabilidad y precisión. Además, el brazo ajustable permite a los usuarios personalizar la altura a su gusto. Entre sus características técnicas se incluyen un motor direct-drive con tres velocidades, un puerto USB para digitalización de vinilos y salidas RCA, además de accesorios como cabezal y cápsula de Pioneer, adaptador para discos de 7 pulgadas, slipmat y tapa protectora. La calidad sonora del PLX-500 se caracteriza por un sonido cálido y claro, con bajos profundos y medios y altos nítidos, aunque es susceptible a captar ruidos indeseados si no se manipula con cuidado.
Por su parte, los altavoces monitor DM-50 complementan al tocadiscos con un diseño compacto y moderno, ideal para espacios reducidos. Estos altavoces destacan por su sistema réflex frontal de graves que permite una reproducción precisa sin necesidad de colocarlos cerca de la pared. Equipados con tecnología DECO, mejoran la dispersión del sonido y ofrecen múltiples opciones de conectividad, lo que facilita su integración con distintos dispositivos. En términos de rendimiento, los DM-50 ofrecen una potencia adecuada para entornos pequeños a medianos y producen un sonido equilibrado, con graves profundos y frecuencias medias y altas claras. Esta combinación entre el Pioneer PLX-500 y los altavoces DM-50 forma un sistema versátil y accesible tanto para principiantes como para músicos experimentados, permitiendo disfrutar de la música en formato vinilo y digitalizarla con facilidad. Su precio es competitivo, con el tocadiscos rondando los 350 euros y los altavoces los 200 euros, convirtiéndose en una opción atractiva para redescubrir el amor por la música analógica.
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