Un equipo de científicos de la Universidad del Noreste en Boston, Estados Unidos, ha desarrollado un innovador robot que redefine la movilidad en diferentes terrenos. El autómata, denominado M4 pero conocido coloquialmente como Morphobot, puede transformarse para adaptarse tanto a desplazamientos por tierra como por aire. Los detalles de este avance han sido publicados recientemente en la revista Nature Communications.
El Morphobot ha sido concebido para múltiples aplicaciones, incluyendo la exploración del planeta Marte, la entrega automatizada de paquetes en áreas residenciales y labores de búsqueda y rescate en situaciones de desastres naturales. “Los hallazgos también podrían mejorar los dispositivos ya utilizados en estos campos”, comenta Alireza Ramezani, profesor del departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática y principal autor del estudio.
Inspirándose en animales como aves, suricatos y focas, los investigadores han dotado al Morphobot de extremidades multifuncionales. Estas extremidades pueden transformarse para diferentes usos, tal como lo hacen varias especies animales en la naturaleza. Por ejemplo, los leones marinos pueden caminar con sus aletas, los suricatos se mantienen en sus extremidades posteriores para observar su entorno, y los pájaros chukar utilizan sus alas para ascender pendientes empinadas a cuatro patas.
“Nos interesa comprender cómo las aves, a pesar de su pequeño tamaño, exhiben numerosas formas de movilidad”, asegura Ramezani. “Imitar la locomoción de las aves plantea retos importantes”.
Este mimetismo animal ha permitido el diseño de robots móviles con capacidades extraordinarias. Morphobot no solo vuela y rueda, sino que también se arrastra, se agacha, hace equilibrios y realiza volteretas. Esta versatilidad permite al robot desplazarse por terrenos accidentados, superar grandes obstáculos y transitar por espacios con techos bajos.
El desarrollo de Morphobot no estuvo exento de desafíos. “Cumplir los requisitos contradictorios de los diferentes modos de locomoción en una sola plataforma es un desafío enorme”, subraya Ramezani. “Los robots terrestres requieren componentes voluminosos, mientras que los aéreos necesitan estructuras ligeras”.
Morphobot cuenta con cuatro patas, cada una con dos articulaciones, y ventiladores en los extremos que pueden funcionar como patas, propulsores o ruedas. Con un peso de seis kilos, el robot mide 70 centímetros de largo y 35 de alto.
Pese a los avances logrados, los investigadores reconocen que aún quedan obstáculos antes de que Morphobot pueda ser aplicado en la vida cotidiana. En particular, si uno de los objetivos es la exploración de Marte, el robot debe mejorar su resistencia para operar en entornos hostiles.
Aun así, los resultados hasta ahora confirman las ventajas de diseñar robots con apéndices polivalentes, adaptados para destacarse en diversos terrenos y situaciones complejas.