Un innovador sistema llamado Pulse-Fi permite medir el ritmo cardíaco de una persona a una distancia de hasta 3 metros utilizando señales Wi-Fi y algoritmos de aprendizaje automático. Este prototipo, desarrollado por la Universidad de California en Santa Cruz, funciona con hardware de bajo costo como ESP32 y Raspberry Pi, y mantiene una precisión comparable a la clínica en diversas posturas y situaciones.
El sistema aprovecha las ondas de radio emitidas por dispositivos Wi-Fi, que se alteran sutilmente al atravesar personas. Un transmisor y receptor Wi-Fi capturan esas variaciones provocadas por el movimiento del tórax y cambios en el volumen sanguíneo del corazón. Mediante un modelo de aprendizaje automático, Pulse-Fi es capaz de filtrar el ruido ambiental para obtener una lectura precisa de la señal cardíaca.
Liderado por la catedrática Katia Obraczka, el equipo destacó la asequibilidad de esta tecnología, que utiliza hardware común en lugar de dispositivos especializados. En pruebas con 118 participantes, el sistema logró medir el pulso con un error medio de 0,5 latidos por minuto tras solo cinco segundos de análisis, demostrando eficacia en 17 diferentes posturas y contextos.
Pulse-Fi representa un avance significativo para entornos de bajos recursos, permitiendo la monitorización del pulso sin contacto físico en hogares, residencias o consultorios, ofreciendo una solución práctica para la salud digital. Además, los desarrolladores trabajan en ampliar la técnica para registrar la respiración y detectar apnea.
A pesar de sus avances, Pulse-Fi enfrenta el desafío de proteger la privacidad de los usuarios. Aunque no capta imágenes ni sonidos, infiere actividad fisiológica, lo que exige medidas como procesamiento local y consentimiento informado. Los autores están abiertos a colaboraciones para llevar esta tecnología al mercado y cumplir con regulaciones médicas, indicando un enfoque futuro hacia la democratización de la salud digital.
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