Investigadores de la Universidad de Stanford han propuesto una nueva teoría sobre el origen de la vida en la Tierra, sugiriendo que los primeros compuestos esenciales podrían haberse formado a partir de ‘microrrelámpagos’ entre gotas de agua en condiciones similares a las de la Tierra primitiva. Este estudio, liderado por el profesor Richard Zare, plantea que las pequeñas cargas eléctricas generadas cuando las gotas de agua colisionan y se rompen podrían haber desencadenado las reacciones químicas necesarias para la formación de las primeras moléculas orgánicas. En sus experimentos, el equipo observó cómo al rociar gotas de agua en una mezcla de gases, típicos de la atmósfera primitiva, se producían destellos eléctricos capaces de crear enlaces carbono-nitrógeno, esenciales para la vida.
El fenómeno detrás de esta teoría se conoce como el efecto Lenard, donde las gotas de diferentes tamaños adquieren cargas opuestas, provocando que pequeños destellos eléctricos, semejantes a la electricidad estática, se formen al aproximarse. Estos ‘microrrelámpagos’ liberan suficiente energía para que los gases reaccionen y formen compuestos orgánicos como el cianuro de hidrógeno y el aminoácido glicina. Esta investigación sugiere que procesos naturales, como las olas rompientes o las cascadas, habrían sido capaces de generar estos compuestos, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo la vida podría haber comenzado en el planeta sin necesidad de una fuente de electricidad externa.
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