Con la llegada de los primeros días de calor después de un marzo lluvioso en gran parte de la Península, muchos ya comienzan a prepararse para la «Operación Bikini». Este término se refiere al esfuerzo contrarreloj que muchos realizan de cara a lucir una mejor figura en los meses de verano. Este propósito suele incluir el regreso al gimnasio, la intensificación de rutinas de entrenamiento, la adopción de dietas estrictas y un seguimiento más exhaustivo de la salud. En este contexto, los gadgets tecnológicos, como los relojes deportivos y las pulseras inteligentes, se han convertido en aliados fundamentales, al igual que las básculas avanzadas que, además del peso, miden hasta 14 parámetros distintos, como grasa corporal e índice de masa corporal. Modelos como el de la marca Renpho, disponibles por un precio accesible, han ganado popularidad gracias a las ventas masivas y reseñas positivas en plataformas como Amazon.
El enfoque en la composición corporal, más allá del simple peso, se ha vuelto crucial en el camino hacia una mejor salud y apariencia física. Los nutricionistas advierten que enfocarse únicamente en el peso puede ser un error, ya que una reducción genérica podría implicar la pérdida de masa muscular o de hidratación, más que de grasa corporal indeseada. Las básculas modernas ayudan a descomponer el peso total en sus componentes, permitiendo a las personas entender mejor su progreso. Por ejemplo, perder peso rápidamente después de una sesión de sauna es simplemente una pérdida temporal de agua, lo cual subraya la importancia de valorar la composición del cuerpo y no solo el número en la balanza. El objetivo de la «Operación Bikini» debería centrarse en una disminución gradual y saludable de la grasa corporal, siguiendo una tendencia sostenida hacia una salud óptima.
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