La economía del sector privado en la eurozona experimentó un crecimiento en junio, impulsado tanto por el sector manufacturero como por el de servicios. El índice PMI compuesto escaló hasta 52,1 puntos, superando los 51,4 del mes anterior. Sin embargo, a pesar del crecimiento, se observó un freno debido a una caída en los nuevos pedidos, la primera en más de un año y medio, lo que genera preocupación sobre una posible ralentización económica. A pesar de estos desafíos, se mantuvo una confianza positiva que permitió un incremento en el empleo, aunque la disminución en la demanda global plantea riesgos para las proyecciones futuras.
El sector servicios, específicamente, reportó un aumento en sus precios debido a la inflación de los costos, con tarifas que subieron a su ritmo más acelerado en un año, impulsadas por mayores gastos operativos y presiones salariales. Aun cuando el índice PMI de servicios alcanzó los 51,9 puntos, sugiriendo una leve mejora en la actividad, el crecimiento se considera moderado. Los economistas advierten que la incertidumbre política podría impactar negativamente en las expectativas del sector, con el riesgo de una crisis gubernamental que podría acentuar la inestabilidad económica en los próximos meses.
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