Con la llegada del otoño, cuando las hojas caen y el aire se enfría, muchos jardineros piensan que es tiempo de guardar las herramientas hasta la primavera. Sin embargo, esta estación ofrece una excelente oportunidad para quienes desean renovar su jardín a un bajo costo mediante el esquejado de arbustos. Este método, que consiste en enraizar pequeños trozos de planta, no solo es económico, sino que también convierte el jardín en un espacio donde la vida sigue desarrollándose incluso en los meses más fríos.
Entre los arbustos ideales para esta práctica, la lavanda se alza como un claro favorito. Reconocida por su aromático follaje y sus distintivas flores lilas, la lavanda no solo es una planta resistente, sino también un imán para polinizadores como las abejas y las mariposas. Su propagación en otoño es sencilla: basta con seleccionar tallos frescos, cortarlos y plantarlos en un sustrato arenoso bien drenado. En pocas semanas, los esquejes habrán desarrollado raíces, listas para fortalecer el ecosistema del jardín.
El boj es otro arbusto perfecto para esta época del año. Su versatilidad para ser moldeado en setos y figuras decorativas lo hace popular entre los jardineros creativos. Para reproducir boj por esquejes, se recomienda cortar nuevos brotes verdes y plantarlos en un medio húmedo que evite el encharcamiento. Con dedicación y paciencia, estos esquejes crecerán hasta convertirse en plantas robustas listas para ser moldeadas a gusto.
El viburnum se destaca por su versatilidad, ofreciendo flores en primavera y bayas en otoño. Sus esquejes, tomados a fines de verano o inicios de otoño, deben ser de brotes semi-maduros. Tras quitar las hojas inferiores, se colocan en una mezcla de turba y arena, que facilita la formación de raíces. Este proceso simple dará lugar a un arbusto lleno de vida y color.
Finalmente, el cornejo, con su llamativo follaje otoñal y sus vibrantes tallos rojos, es otro excelente candidato para el esquejado en otoño. Los esquejes de cornejo, seleccionados de brotes jóvenes, requieren un sustrato adecuado y condiciones de humedad controlada para prosperar, prometiendo así un espectáculo visual incluso en el corazón del invierno.
La propagación de estos arbustos a través de esquejes no solo protege el bolsillo, sino que también permite a los jardineros experimentar la alegría de multiplicar sus plantas favoritas. Además, fomenta la biodiversidad en el jardín, convirtiéndolo en un refugio verde durante todo el año. Este otoño, el esquejado no es solo una actividad hortícola, sino una celebración de nuevas oportunidades y de la capacidad continua de la naturaleza para sorprendernos.
