En las primarias del PSOE celebradas en Extremadura, el intento de Pedro Sánchez por imponer su influencia fue contundentemente rechazado por los afiliados del partido. Esther Gutiérrez, la candidata respaldada por Ferraz y diseñada para suceder al actual líder regional, Miguel Ángel Gallardo, no logró obtener el favor de la mayoría. Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación de Badajoz, retuvo el liderazgo con una clara mayoría, a pesar de estar implicado en el caso relacionado con el hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez Pérez-Castejón. Este suceso representa un revés importante para la estrategia de Sánchez de colocar «a dedo» barones afines a sus intereses personales en distintas regiones del país, una operación que también busca afianzar figuras como Pilar Alegría en Aragón y María Jesús Montero en Andalucía.
El resultado en Extremadura señala un contexto complejo para Sánchez, que se enfrenta a un desafío interno significativo en su partido. A pesar de los intentos de consolidación dirigidos desde Ferraz tras el congreso federal, las bases regionales extremas han mostrado resistencia a los cambios impuestos desde Madrid. La elección fue la primera en un calendario de primarias diseñado para renovar las direcciones regionales del PSOE, y el contundente respaldo a Gallardo sugiere un panorama complicado para otros candidatos oficialistas en las siguientes disputas internas. Además, el líder socialista se encuentra rodeado de casos de corrupción que involucran a su círculo más cercano, aumentando la presión para erradicar cualquier disidencia en las federaciones regionales.
Leer noticia completa en OK Diario.
