El expresidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, está en el centro de una polémica tras descubrirse su implicación directa en el caso conocido como «Barçagate». Según un informe de los Mossos d’Esquadra, Bartomeu tomó parte activa en encargar a la empresa Nicestream actividades destinadas a atacar a sus rivales en las redes sociales. El estudio de miles de mensajes de WhatsApp y correos electrónicos ha sacado a la luz cómo, deliberadamente, ocultó estos controvertidos encargos tanto a la empresa auditora como a la policía, a pesar de existir requerimientos judiciales. Bartomeu, quien buscó «blindar» su imagen pública, optó por usar estrategias que buscaban difamar o manipular la percepción pública sobre posibles contendientes presidenciales como Víctor Font y Joan Laporta.
El juzgado de instrucción número 13 de Barcelona examina ahora el informe que evidencia pagos por 2,3 millones de euros a Nicestream durante la administración de Bartomeu. Las investigaciones muestran que estos fondos se utilizaron para fines personales, principalmente para desprestigiar a competidores mediante intervenciones en redes. Además, se descubrió un esquema que incluía ataques a figuras como Pep Guardiola por su supuesta conexión con Laporta. Este escándalo también revela el uso de la campaña para mejorar la percepción de allegados a Bartomeu, como Sandro Rosell, a través de una red de 226 cuentas falsas. El informe revela cómo Bartomeu no solo conocía estas actividades, sino que, según los Mossos, las promovió activamente, buscando desviar y encubrir los resultados en las auditorías internas.
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