El último lugar de reposo de Francisco se abrirá al público en un evento solemne el próximo domingo. La tumba, que se encuentra a nivel del suelo, ha sido diseñada para rendir homenaje a su legado espiritual y personal, con la reproducción fiel de su crucifijo pectoral. Este símbolo distintivo refuerza el mensaje de humildad y servicio que caracterizó su vida y papado. La apertura se enmarca dentro de una serie de homenajes que se han estado llevando a cabo, y se espera que atraiga a miles de fieles, quienes tendrán la oportunidad de rendir tributo y reflexionar sobre su influencia en la Iglesia y en la sociedad contemporánea.
La disposición de la tumba busca integrarse de manera armónica con el entorno sagrado que la acoge, permitiendo a los visitantes experimentar un momento de recogimiento y paz. La decisión de hacerla accesible a través de visitas es parte de un esfuerzo por mantener viva la memoria de Francisco y su compromiso con los valores cristianos. Desde el Vaticano, se ha subrayado la importancia de esta iniciativa como una forma de mantener un vínculo tangible con su legado, asegurando que su mensaje continúe resonando entre las generaciones futuras. La inauguración dominical será un evento significativo para la comunidad internacional católica, consolidando a Francisco como una figura histórica perdurable.
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