Actualmente, aproximadamente 800,000 personas en España están afectadas por el Alzheimer, una forma común de demencia. Sorprendentemente, el 80% de los casos permanecen sin diagnóstico, incluso en las fases más leves de la enfermedad. Recientes descubrimientos de la Universidad de California en San Francisco indican que la tardanza en entrar en la fase REM del sueño podría ser un signo temprano de Alzheimer y demencia. Las personas que experimentan un inicio tardío de esta etapa del sueño presentan un riesgo mayor de desarrollar estas condiciones, lo que se refleja en niveles elevados de proteínas amiloide y tau, y una disminución del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), un indicador de salud cerebral.
El estudio resalta la importancia de un buen descanso nocturno para mantener la salud cerebral. Según la investigación, el retraso en la fase REM altera la consolidación de recuerdos, afectando el aprendizaje y la memoria, y podría incrementar la hormona del estrés, cortisol, que daña el hipocampo. Asimismo, el mal descanso está vinculado a la depresión, un factor de riesgo para la demencia. Los expertos sugieren evitar el consumo de alcohol por la noche, tratar condiciones como la apnea del sueño y revisar medicaciones que influyan en el sueño. Además, mantener horarios regulares para dormir y, en algunos casos, usar suplementos de melatonina bajo supervisión médica, son medidas recomendadas para mejorar la calidad del sueño y reducir el riesgo de demencia.
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