En el Distrito 12, Haymitch celebra su cumpleaños en medio de la tensa atmósfera que precede al terror del sorteo anual de los Juegos del Hambre. Su origen humilde y el recuerdo de su padre, quien falleció en un incendio en la mina de carbón, marcan su vida cotidiana llena de privaciones. Su madre, una mujer resiliente que ha sacado adelante a su familia lavando ropa, le ha inculcado el valor del trabajo arduo, aunque este día especial le otorga un permiso momentáneo de sus responsabilidades. Aún así, su cumpleaños está marcado por la incertidumbre pues el sorteo podría arruinar cualquier plan futuro.
A pesar de las circunstancias difíciles, Haymitch encuentra en el bosque un respiro de su realidad, trabajo en un alambique incluido. Su colaboración con Hattie Meeney en la elaboración de licor clandestino es un negocio riesgoso, aunque necesario, que refleja la desesperación por buscar una mejor vida. Este negocio no solo representa una fuente de ingresos, sino también una oportunidad para soñar con un futuro diferente junto a Lenore Dove, su interés amoroso. Sin embargo, el inminente Vasallaje de los Veinticinco proyecta una sombra sobre estos sueños, recordándole que, en el Distrito 12, la vida siempre pende de un hilo ante el arbitrario poder del Capitolio.
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