Elon Musk, el influyente empresario sudafricano y conocido aliado político de Donald Trump, trabajó de forma ilegal en Estados Unidos al comienzo de su carrera, según una investigación del Washington Post. El informe revela que Musk no contaba con un permiso de trabajo válido mientras desarrollaba su primera empresa, que más tarde se convertiría en Zip2, la cual vendió en 1999 por la suma de 300 millones de dólares. Los archivos judiciales y documentos analizados por el medio señalan que Musk llegó a Palo Alto en 1995 con la intención de cursar un posgrado en la Universidad de Stanford, pero nunca llegó a matricularse; en lugar de asistir a clases, se dedicó a trabajar en su propia empresa, lo que le dejó sin base legal para residir y trabajar en el país.
El incumplimiento de las leyes migratorias por parte de Musk podría haberle requerido abandonar Estados Unidos, según los expertos legales consultados. Aunque quedarse por más tiempo del permitido por un visado de estudiante es una situación frecuente y frecuentemente pasada por alto por las autoridades, esto sigue representando un delito en términos de la legislación estadounidense. Ni Musk ni sus representantes legales han respondido a las solicitudes de comentarios del periódico para proporcionar su perspectiva sobre estos hechos históricos. La investigación arroja luz sobre los inicios irregulares de quien es hoy uno de los hombres más ricos y conocidos del mundo, sugiriendo que su camino hacia el éxito fue, desde el principio, controvertido.
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