Irlanda se enfrenta a su pasado con el inicio de una investigación forense en la localidad de Tuam, donde se sospecha que 796 niños fueron enterrados clandestinamente por las Hermanas del Buen Socorro en el Hogar de St. Mary durante la primera mitad del siglo XX. Un equipo de 18 arqueólogos, antropólogos y forenses realiza excavaciones en un área de 5,000 metros cuadrados, buscando restos de menores supuestamente inhumados sin registros oficiales. Esta intervención sigue al descubrimiento de restos óseos en 1975, una revelación que fue ignorada hasta que Catherine Corless, historiadora aficionada, documentó las desapariciones masivas en esta institución. Corless, a pesar de las críticas iniciales, logró despertar el interés público y gubernamental, lo que condujo a una investigación oficial iniciada en 2015.
Los “hogares de madres y bebés” gestionados por órdenes religiosas durante el siglo pasado, alguna vez considerados refugios, fueron en realidad escenarios de abuso, malos tratos y negligencia. El descubrimiento de Tuam ha reavivado las heridas de un sistema que aislaba y explotaba a madres solteras y a sus hijos, muchos de los cuales nunca fueron vistos nuevamente. La historiadora Corless, que comenzó su investigación tras una solicitud en 2012, reveló que estos lugares eran también puntos de adopciones sin control. Su trabajo, ignorado al principio, fue validado por excavaciones que confirmaron la existencia de restos humanos en el área, lo que finalmente forzó a las autoridades a reconocer los abusos del pasado. La actual investigación busca ofrecer algo de justicia a las víctimas y devolverles su dignidad mediante identificaciones y posibles entierros dignos.
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