Desde el siglo XX, los avances tecnológicos han permitido capturar imágenes de la Tierra desde el espacio, transformando nuestra percepción del planeta. Las primeras fotografías satelitales, capturadas en la década de 1940, han evolucionado hasta convertirse en observaciones sofisticadas que no solo resaltan la belleza de la Tierra sino que también han incrementado la conciencia sobre la necesidad urgente de su protección. Las imágenes satelitales han sido fundamentales para estudiar los ecosistemas del planeta, proporcionando datos valiosos sobre la distribución de vegetación, cuerpos de agua y zonas áridas. A través de imágenes multiespectrales, los científicos pueden analizar la salud de las plantas y documentar cómo han evolucionado a lo largo del tiempo, ayudando a comprender la influencia de la actividad humana en el medio ambiente.
Las icónicas imágenes como “Earthrise”, “La Canica Azul” y “Pale Blue Dot” han promovido un sentido de fragilidad y unidad de la humanidad. A lo largo de las décadas, las imágenes satelitales han sido clave para monitorear cambios en la cobertura terrestre, revelando el impacto de actividades humanas como la deforestación y la urbanización. Además, brindan una perspectiva global que demuestra cómo fenómenos climáticos extremos tienen repercusiones más allá de su área de afectación inmediata. La democratización de estas imágenes, potenciada por plataformas como Google Earth, ha permitido al público general acceder a un vasto archivo visual del cambio planetario, mientras que el desarrollo de nuevas tecnologías, como el Observatorio del Sistema Terrestre de la NASA, promete avanzar aún más en la comprensión y gestión del medio ambiente a nivel mundial.
Leer noticia completa en OK Diario.
