Un reciente estudio astronómico ha revelado que la particular forma de una galaxia grande es el resultado de un evento cósmico ocurrido hace aproximadamente 50 millones de años. En un encuentro galáctico inusual, una galaxia mucho más pequeña atravesó el núcleo de la galaxia mayor, alterando de manera drástica su estructura morfológica. Este fenómeno, similar a una flecha lanzada a través de un objetivo, ha dejado una impronta visible que los científicos ahora pueden observar y analizar en detalle. La colisión no solo afectó la apariencia de la galaxia mayor, sino también su composición y evolución, proporcionando a los astrónomos una valiosa oportunidad para estudiar las interacciones galácticas y sus efectos a largo plazo.
Los resultados del estudio, basados en observaciones y simulaciones avanzadas, ofrecen una perspectiva única sobre cómo las colisiones galácticas pueden influir en el desarrollo de estructuras cósmicas. Según los investigadores involucrados, este tipo de eventos son más comunes de lo que se pensaba previamente y juegan un papel crucial en el modelado del universo observable. La investigación subraya la importancia de continuar explorando y comprendiendo este tipo de interacciones para desentrañar la compleja dinámica del cosmos. Mientras tanto, el fenómeno proporciona a la comunidad científica una pieza más del rompecabezas en el estudio de la formación y evolución de las galaxias, destacando la naturaleza profundamente interconectada y cambiante del universo.
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