El caso del asesinato de Brian Thompson ha tomado un giro insólito al centrarse en las enigmáticas inscripciones encontradas en las balas que acabaron con su vida. Las autoridades están investigando si las palabras grabadas en cada una de las balas pueden proporcionar pistas sobre el móvil del asesinato o, incluso, la identidad del perpetrador. Este descubrimiento se suma a una serie de evidencias inusuales que han rodeado el caso desde un principio, lo que ha intensificado tanto el interés público como la presión sobre los investigadores para llegar a una conclusión.
El avance en el análisis de estas inscripciones ha despertado también un debate en torno a la precisión y las técnicas necesarias para realizar tales grabados sin comprometer el funcionamiento de las balas. Peritos balísticos han señalado que este tipo de manipulación sugiere un nivel de premeditación y sofisticación poco común en crímenes similares. Mientras las autoridades continúan examinando el significado de las palabras y su posible conexión con Thompson, la especulación en los medios de comunicación y la opinión pública no cesa, pues cada nuevo detalle parece añadir una capa más de misterio a un caso que muchos ya califican como extraordinario.
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