El cónclave que se celebra en el Vaticano ha concluido este miércoles sin que ninguno de los cardenales haya logrado alcanzar la mayoría necesaria de dos tercios de los votos, que asciende a 89 de los 133 electores. La falta de consenso entre los purpurados obliga a posponer la elección del nuevo Papa para el jueves, día en el que se han programado hasta cuatro votaciones adicionales. Esta situación refleja las divisiones internas y la diversidad de opiniones dentro del colegio cardenalicio respecto al perfil ideal para liderar la Iglesia Católica en el actual contexto mundial.
El proceso del cónclave, que se desarrolla bajo un estricto secreto, busca no solo elegir al próximo líder espiritual de millones de fieles en todo el mundo, sino también definir el futuro inmediato de una institución que enfrenta múltiples desafíos, desde cuestiones doctrinales hasta problemas de gobernanza y transparencia. En un clima de expectación y esperanza, los cardenales tendrán que negociar y dialogar para encontrar un candidato que represente la unidad y el cambio que muchos consideran necesario para adaptar la Iglesia a los tiempos modernos.
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