Más de 5.000 estudiantes en Extremadura han comenzado a retomar sus clases tras una semana complicada debido a un conflicto entre la Junta de Extremadura y varias empresas de transporte escolar. El desacuerdo se centraba en exigencias legales y operativas que las empresas querían implementar de forma inmediata, pero que carecían de cobertura legal. La consejera de Educación, Mercedes Vaquera, anunció un acuerdo que desbloquea la situación tras asegurar que las condiciones propuestas estarán incluidas en futuros contratos. A pesar de que los autobuses han vuelto a operar en algunas localidades, aún persisten problemas en otras, lo que ha generado incertidumbre entre las familias.
La Federación de Padres y Madres de Alumnos de Extremadura (Freampa) se ha mostrado cautelosa, destacando que las familias deseaban la solución del conflicto sobre cualquier compensación económica. Desde la oposición, el PSOE continúa con sus acciones legales y expresa dudas sobre si el problema del transporte escolar está realmente resuelto. Por su parte, Unidas por Extremadura ha criticado la gestión de la consejera Vaquera, pidiendo su dimisión, mientras que el PP ha acusado al PSOE de aprovechar políticamente la situación. Las tensiones políticas y la incertidumbre en algunas rutas continúan, aunque el regreso progresivo a las aulas trae cierto alivio.
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