Lisboa ha dado un paso significativo hacia la regulación de su espacio aéreo al prohibir los vuelos nocturnos en el aeropuerto Humberto Delgado. Esta innovadora medida, anunciada por el ministro de Infraestructura y Vivienda portugués, Miguel Pinto Luz, busca mitigar el impacto del ruido y la contaminación producidos por el tráfico aéreo. Las restricciones, que estarán vigentes entre la 1:00 y las 5:00 horas, surgen de las conclusiones de un grupo de trabajo enfocado en los vuelos nocturnos. La decisión responde a las crecientes demandas de ciudadanos y organizaciones medioambientales que han expresado su preocupación por la calidad de vida de los habitantes cercanos al aeropuerto. Vecinos afectados, que recientemente se manifestaron para exigir el «derecho al descanso», también reclaman la no ampliación del aeropuerto y la creación de un nuevo aeropuerto en las afueras de la ciudad.
Este movimiento de Lisboa se enmarca en un contexto más amplio de intentos por parte de ciudades y países europeos de reducir el impacto ambiental del tráfico aéreo. En Francia, por ejemplo, se ha eliminado la conexión aérea para vuelos de corto alcance de menos de 2,5 horas, aunque aún no hay datos concluyentes sobre la reducción de emisiones de CO₂. En España, aunque el Gobierno ha acordado la eliminación de vuelos de menos de cuatro horas, esta medida aún no se ha implementado. Los esfuerzos por hacer el transporte aéreo más sostenible continúan, con la industria buscando soluciones como el uso de combustibles sostenibles SAF. A pesar de estos avances, el crecimiento de los vuelos turísticos y de negocios, junto con la expansión de grandes aeropuertos, presenta un equilibrio complicado que las ciudades deben gestionar con soluciones audaces como la recientemente adoptada por Lisboa.
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