El Govern liderado por Salvador Illa ha señalado un aumento en la conversión de arrendamientos de vivienda habitual en contratos temporales, con el objetivo de eludir los límites impuestos a los precios del alquiler en las áreas declaradas como mercado tensionado. Ante este fenómeno, las autoridades han manifestado su preocupación, ya que esta práctica socava los esfuerzos por mantener el acceso a viviendas asequibles en zonas donde la demanda supera con creces la oferta. La estrategia de cambiar la tipología de los contratos permitiría a los propietarios ajustar los precios sin las restricciones que se aplican a los arrendamientos de larga duración, contraviniendo así el propósito de la regulación en vigor.
Este desarrollo en el mercado inmobiliario catalán ha suscitado un debate sobre la efectividad de las medidas actuales y la necesidad de implementar controles más rigurosos. Las autoridades consideran revisiones legales para cerrar lagunas que permiten este tipo de prácticas. Mientras tanto, organizaciones en defensa del alquiler asequible reclaman una respuesta contundente para proteger a los inquilinos más vulnerables. La situación refleja un desafío persistente en el ámbito de la vivienda, donde las normativas deben evolucionar constantemente para abordar las estrategias de evasión empleadas por algunos arrendadores.
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