El cuidado de personas dependientes en España sigue siendo una responsabilidad mayoritariamente asumida por mujeres, quienes enfrentan tanto la satisfacción como el desgaste emocional y físico que conlleva esta labor. En un reciente estudio titulado La cuenta de los cuidados, las experiencias compartidas por mujeres en Cataluña revelan la carga desproporcionada de tareas de cuidado y la falta de reconocimiento y apoyo adecuado. Las cifras son elocuentes: un 33% de las mujeres en la región asumen siempre o casi siempre la crianza, en comparación con solo el 7,7% de los hombres, mientras que las labores del hogar recaen en un 58% sobre ellas, frente al 19% de los hombres. Este desequilibrio en el reparto de responsabilidades es un reflejo de construcciones sociales que históricamente han vinculado a las mujeres al ámbito doméstico y al cuidado no remunerado o mal remunerado.
A pesar de los cambios demográficos y la creciente participación femenina en el mercado laboral, la corresponsabilidad en las tareas de cuidado sigue siendo una asignatura pendiente para los hombres, las empresas y las administraciones. Con más de 69,000 personas esperando atención a la dependencia en Cataluña, el sistema actual resulta insuficiente y precario. El 73,6% de los cuidados familiares en España recaen en mujeres o en trabajadoras del hogar, la mayoría de las cuales son migrantes. Esta situación demanda un cambio estructural urgente, promoviendo la corresponsabilidad y garantizando el derecho a cuidar y ser cuidado. Se sugiere la implementación de un plan de financiación robusto para el Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia, así como mejoras en las condiciones laborales y protección de las trabajadoras del hogar y de cuidados, como medidas imprescindibles hacia un sistema más justo y sostenible.
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