En plena temporada de verano, muchos turistas se encuentran con sorpresas inesperadas al llegar a sus destinos vacacionales. Este fue el caso de una joven pareja, Miguel y Rocío, quienes se dirigieron a un hotel que prometía estar «a 100 metros de la playa». Sin embargo, al ver su habitación, descubrieron que la realidad era muy diferente: la habitación, situada en lo alto de un acantilado, ofrecía vistas al mar, pero requería un esfuerzo considerable para acceder a la playa.
Con humor, Miguel compartió su experiencia en un video, explicando que, a pesar de haber elegido el hotel con entusiasmo y pagando un poco más por la cercanía al mar, no tenía «un equipo de escalada» preparado. El accesible camino a la playa resultó ser una caminata de media hora. A pesar de la decepción, la pareja mantuvo una actitud optimista, afirmando que aunque no podían disfrutar de la playa fácilmente, el desayuno buffet con «todo incluido» estaba intacto, lo que garantizaba un verano lleno de risas y buena comida.
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