La Reserva Federal de Estados Unidos sorprendió al mercado con un inesperado recorte de tipos de interés de 25 puntos básicos, posicionándolos en un rango del 4,50% al 4,75%. Esta decisión, anunciada en un contexto de transición política tras la elección de Donald Trump como presidente, busca aportar estabilidad a una economía caracterizada por señales de moderación.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, subrayó que el ajuste es parte de una estrategia de recalibración de la política monetaria. A pesar de la nueva administración, Powell sostuvo que las elecciones no afectan las decisiones de la Fed a corto plazo. La reacción de los mercados fue optimista: el Nasdaq subió un 1,51% y el S&P 500 avanzó un 0,74%, reflejando la expectativa de una política monetaria menos restrictiva en el futuro.
Powell enfatizó que, incluso con el recorte, la política continua siendo “restrictiva”, necesaria, según la Fed, para controlar la inflación y apoyar el crecimiento económico moderado. Insistió en la independencia de la Fed frente a las posibles presiones políticas de Trump: “No dejaría el cargo si Trump me lo pide”, aseguró, enfatizando el compromiso con la autonomía institucional.
Sin ofrecer pistas sobre futuras decisiones en diciembre, Powell dijo que cada acción dependerá del análisis de los datos económicos. Destacó que, aunque la inflación ha disminuido, aún está “algo elevada” y el mercado laboral sigue fuerte, pero con ciertos signos de moderación. Si la inflación cayera más rápidamente o el mercado laboral se debilitara, podrían considerarse recortes más significativos.
Analistas han advertido que las políticas anunciadas por Trump, como la imposición de elevados aranceles y restricciones migratorias, podrían aumentar la inflación presionando al alza los precios al consumidor y los salarios.
En paralelo, la Fed considera el llamado tipo de interés neutral, aquél que no afecta el crecimiento económico. Aunque esta tasa no es directamente observable, la Fed podría continuar ajustando sus estimaciones en función de las proyecciones económicas.
A medida que Trump asuma el mando, se esperan posibles tensiones con la Fed. La administración ha mostrado interés en influir en su política monetaria, lo que podría redundar en presiones adicionales. No obstante, Powell reafirma que la institución mantendrá sus decisiones basadas en datos económicos robustos, construyendo un camino independiente en medio de un incierto paisaje político y económico. Los mercados, mientras tanto, observan cautelosamente la evolución de esta dinámica y su impacto en el futuro económico del país.