Un grupo de ciudadanos logró abandonar el país este jueves en medio de crecientes tensiones entre diversas milicias. La situación en la región se ha vuelto cada vez más violenta, con enfrentamientos intensificados en las últimas semanas, lo que ha obligado a muchos a buscar una salida para preservar su seguridad. Este nuevo éxodo es una clara señal de la inestabilidad que aqueja a la nación, siendo una muestra palpable del colapso de la seguridad interna y la falta de control gubernamental sobre las facciones armadas.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de las condiciones en el país. La violencia ha generado una crisis humanitaria que amenaza con desbordar las fronteras, afectando a naciones vecinas. Organismos internacionales han instado a resolver las diferencias mediante el diálogo, sin embargo, los llamados a la paz han sido ignorados en medio del caos, mientras miles de personas luchan por encontrar seguridad en lugares más tranquilos.
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