Un contrato de más de 800 millones de dólares ha sido otorgado para descarrilar la Estación Espacial Internacional (EEI) y hacerla colisionar contra el océano utilizando una cápsula Dragon de la compañía SpaceX a partir de 2030. Sin embargo, exdirectores de la NASA y la Agencia Espacial Europea argumentan que sería un error destruir la infraestructura espacial más importante jamás construida, la cual simboliza una cooperación sin precedentes. Proponen en su lugar elevar la órbita de la EEI a 800 kilómetros, donde podría mantenerse con costos mínimos y potencialmente servir como una reliquia histórica para las futuras generaciones.
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