Los manifestantes han bloqueado la línea de tren que conecta con la histórica ciudadela inca de Machu Picchu, generando una interrupción significativa en el acceso a este importante destino turístico. La protesta surge en medio de tensiones con el gobierno local por temas de infraestructura, derechos laborales y condiciones de vida, que han llevado a las comunidades a tomar medidas drásticas. La paralización del servicio afecta no solo a los turistas que planean visitar el icónico sitio, sino también a la economía local que depende en gran medida del turismo. Las autoridades intentan negociar con los manifestantes para desbloquear la vía y restablecer la normalidad.
Mientras tanto, la organización New 7 Wonders ha emitido una advertencia severa, amenazando con revocar la categoría de Machu Picchu como una de las Maravillas del Mundo si la situación no se resuelve prontamente. Esta posible desclasificación podría tener un impacto negativo considerable en el flujo turístico del sitio, afectando aún más la economía de la región. La comunidad internacional sigue el desarrollo de este conflicto con atención, preocupada por la conservación del patrimonio y el bienestar de las comunidades locales. Las conversaciones entre las partes continúan mientras se busca una solución que equilibre los intereses culturales y económicos.
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