La Península Ibérica alberga una diversidad única de especies, entre ellas, un ciprínido de gran tamaño que puede alcanzar hasta un metro de longitud. Esta especie, que usualmente habita en ríos de corrientes lentas, migra hacia corrientes más rápidas durante su época de reproducción. Este año, los barbos del río Alberche realizaron una migración masiva río arriba, ocupando espacios estacionales que, con la llegada del verano, comenzaron a secarse, poniendo en riesgo a la población al aislarla en pocas zonas profundas.
Ante esta situación, la Patrulla de Fauna de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, llevó a cabo una operación de rescate. Estos especialistas trasladaron a los barbos a áreas con mayor caudal, evitando así su posible desaparición en los tramos aislados. A pesar de la novedad de la intervención en la región, el rescate forma parte de una serie de salvamentos piscícolas que estos expertos realizan anualmente.
Además de proteger a las especies autóctonas, la patrulla se enfoca en controlar especies exóticas invasoras. Estas incluyen peces como el alburno, el black-bass, lucios, peces gato, y gambusia, entre otros. La extracción se efectúa empleando métodos que garantizan el mínimo daño a las especies autóctonas, quienes son restituidas a su hábitat.
Los esfuerzos de la patrulla no se limitan a los peces, ya que entre sus objetivos también está la erradicación de crustáceos como el cangrejo rojo y el cangrejo señal, además de anfibios invasores como el galápago de Florida. Durante la campaña de 2024, fueron retirados más de 37.000 animales acuáticos invasores de las aguas regionales, contribuyendo significativamente a la preservación de los delicados ecosistemas fluviales de la región. Esta labor de control y protección refleja un compromiso constante con la biodiversidad y la salud de los hábitats acuáticos.