La organización conocida como Lev Tahor, que ha sido objeto de controversia y acusaciones de abuso infantil, se estableció en un país centroamericano en 2013 tras escapar de Canadá. En su anterior ubicación, también fueron señalados por presuntos malos tratos, lo que los obligó a buscar un nuevo lugar de asentamiento. Lev Tahor es conocida por seguir prácticas religiosas ultraconservadoras, y las autoridades canadienses habían estado investigando las condiciones en las que vivían los niños, lo que aumentó la presión para su reubicación. A pesar de los cambios de ubicación, las preocupaciones sobre el bienestar infantil continúan persiguiendo al grupo.
Desde su llegada al país centroamericano, Lev Tahor ha intentado mantenerse bajo el radar, pero su presencia ha suscitado inquietudes tanto a nivel local como internacional. Organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación han pedido una mayor vigilancia y protección para los menores dentro de la comunidad, instando a las autoridades a intervenir si es necesario. A pesar de las demandas de investigación y supervisión, las afirmaciones de abuso no han cesado, generando una creciente tensión con las autoridades del país anfitrión. La situación representa un desafío constante para las autoridades locales que deben equilibrar las reclamaciones de soberanía con las preocupaciones por los derechos humanos y el bienestar infantil.
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