Han transcurrido diez semanas desde el inicio de Supervivientes 2025, un reality que ha desatado una serie de emociones intensas entre sus concursantes, quienes enfrentan no solo desafíos físicos, sino también la presión de convivir en un entorno extremo. Problemas de salud como los de Joshua, el tira y afloja entre Anita y Montoya, y el inesperado regreso de Terelu Campos a Honduras son solo algunos de los momentos destacados en esta temporada que se aproxima a su desenlace. Además, los participantes deben cumplir con un estricto contrato que establece numerosas cláusulas para garantizar un juego limpio y una convivencia respetuosa, con severas consecuencias para aquellos que infrinjan las reglas.
Los concursantes están obligados a firmar un acuerdo que estipula el respeto mutuo y la prohibición de comportamientos agresivos, riesgos a los que algunos ya se han enfrentado en ediciones anteriores. A pesar de que las expulsiones disciplinarias son más comunes en programas como Gran Hermano, en Supervivientes también se han dado casos de expulsiones por agresiones. Algunos participantes, especialmente aquellos con mayor notoriedad, logran negociar cláusulas adicionales para proteger su imagen personal o evitar ciertos temas de discusión. Por otro lado, los trabajadores del programa también deben seguir estrictas normas que limitan su interacción con los concursantes, siguiendo el objetivo de mantener la autenticidad del concurso y limitar la influencia externa, aunque su cumplimiento ha sido cuestionado por los fans.
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