En varios países alrededor del mundo, la participación en pruebas deportivas de larga distancia está sujeta a la presentación obligatoria de un justificante médico. Este documento, generalmente requerido por las autoridades organizadoras, asegura que los atletas están en condiciones físicas adecuadas para enfrentar el desafío que representan estas competencias. El objetivo de esta medida es reducir los riesgos de salud asociados al esfuerzo extremo que caracteriza a estas actividades, tales como maratones o ultramaratones, donde los participantes se someten a demandas físicas significativas que pueden poner en peligro su bienestar si no están debidamente preparados.
En contraste, España no exige este tipo de justificante médico para inscribirse en carreras de más de 21 kilómetros. A pesar de la ausencia de una regulación oficial, se recomienda encarecidamente a los corredores someterse a un reconocimiento médico deportivo antes de participar. Esta evaluación preventiva puede identificar condiciones subyacentes que podrían afectar al rendimiento del atleta o poner en riesgo su salud durante la competición. Los expertos destacan la importancia de estas revisiones, no solo para asegurar un buen desempeño, sino también para salvaguardar la integridad física de los competidores en pruebas de alta exigencia física.
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