Los impuestos, pese a no ser el tópico más emocionante en una tertulia, son fundamentales para el funcionamiento de sociedades democráticas y el bienestar común. A través de ellos se financian infraestructuras y servicios esenciales como la salud y la educación, asegurando que todos los ciudadanos puedan acceder a estos derechos sin importar su salario. Un sistema fiscal justo y progresivo, donde los que más tienen contribuyan en mayor medida, es crucial para garantizar la equidad económica. Sin embargo, en muchos lugares, incluyendo España, los sistemas tributarios actuales no reflejan esta justicia fiscal y contribuyen a la creciente desigualdad. En España, el número de personas con patrimonios superiores a 30 millones de euros está en aumento, pero una minoría de estas paga el impuesto de patrimonio, reflejando un desequilibrio que también es evidente en el resto de Europa.
Ante esta situación, es vital que la sociedad civil tome acción para fomentar cambios en las políticas fiscales. Iniciativas como la «Tax the Rich» en Europa buscan introducir una tributación justa para las grandes fortunas, con el objetivo de generar fondos necesarios para combatir la pobreza y las desigualdades, además de financiar medidas contra el cambio climático. Según encuestas recientes, tanto en España como en la Unión Europea, existe un amplio consenso sobre la necesidad de una mayor carga fiscal para los más ricos. La participación ciudadana es esencial, utilizando herramientas de democracia participativa para influir en las decisiones políticas y promover una justicia fiscal real. La meta inmediata es recolectar un millón de firmas a nivel europeo para que la Comisión Europea implemente esta propuesta, mostrando así la importancia y el poder de la participación ciudadana en la búsqueda de un sistema más equitativo.
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