El Departamento de Educación de Estados Unidos ha anunciado un significativo recorte de personal, despidiendo a 1.315 trabajadores, lo que representa casi la mitad de su plantilla, como parte de un esfuerzo más amplio de ajustes impulsado desde la Casa Blanca. Estos despidos se suman a más de 600 empleados que ya habían aceptado ofertas de salida con beneficios especiales o que fueron destituidos en semanas anteriores. La medida drástica ha sido justificada por Linda McMahon, Secretaria de Educación, quien argumentó que este ajuste busca mejorar la eficiencia y asegurar que los recursos se destinen a estudiantes, padres y profesores. McMahon, exejecutiva de lucha libre, fue confirmada en su cargo por el Senado el pasado 3 de marzo y ha procurado tranquilizar a los empleados asegurando que las funciones clave del departamento seguirán en operación.
El anuncio de reducción de personal generó inquietud entre los trabajadores y encendió alarmas sobre el futuro de la agencia, especialmente debido a la retórica del presidente Donald Trump, quien hace tiempo mostró intención de eliminar el Departamento de Educación, acusándolo de ser un hervidero de «radicales» y «marxistas». Si bien McMahon ha reconocido que solo el Congreso puede abolir una agencia federal, sigue comprometida con recortarla y reorganizarla. En tanto, el departamento seguirá desempeñando funciones esenciales como la gestión de préstamos estudiantiles y la distribución de ayudas federales a las escuelas. No obstante, persisten las preocupaciones sobre cómo estos recortes podrían afectar a estudiantes, especialmente en aspectos cruciales como derechos civiles y la administración de los 1,6 billones de dólares en préstamos federales estudiantiles.
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