En el mundo del mantenimiento automotriz, los aditivos para motores han pasado de ser un secreto guardado por mecánicos a convertirse en una herramienta popular entre los conductores que desean prolongar la vida útil de sus vehículos. Uno de los productos que destaca en este ámbito es el Liqui Moly Cera Tec, un aditivo cerámico que se añade al aceite del motor para proporcionar una capa extra de protección contra el desgaste y reducir la fricción interna. Ideal tanto para motores diésel como de gasolina, su aplicación es sencilla y no modifica la viscosidad del aceite, lo que lo convierte en un complemento accesible para cualquier tipo de vehículo, sin importar la sofisticación de su mecánica. Actualmente, su precio se ha reducido considerablemente, situándose por debajo de los 20 euros, lo cual ha incrementado su demanda entre los conductores.
El uso de Cera Tec representa una opción práctica para suavizar la marcha del coche y proteger el motor, especialmente en aquellos con muchos kilómetros recorridos o utilizados frecuentemente en el entorno urbano. Su eficacia se nota en la reducción del ruido y el consumo de combustible, así como en la disminución del desgaste durante el arranque y en trayectos cortos, donde el motor suele sufrir más. Este aditivo, compatible con cualquier tipo de aceite, no reemplaza una adecuada lubricación ni soluciona problemas mecánicos severos, pero aporta un refuerzo significativo que se mantiene por varios miles de kilómetros. Por su facilidad de uso y coste accesible, el Liqui Moly Cera Tec se ha ganado un lugar como un aliado confiable para quienes buscan mantener la suavidad y eficiencia del motor sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados.
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