La histórica disputa territorial entre Venezuela y Guyana ha vuelto a encenderse con la reciente movilización de buques venezolanos cerca de una plataforma petrolera de ExxonMobil en aguas controvertidas. Este movimiento fue denunciado por el presidente guyanés, Irfaan Alí, como una amenaza a su integridad territorial, lo que llevó a un llamado de apoyo internacional y una protesta ante Venezuela. La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro ha sido contundente, calificando las acciones de Guyana de provocaciones y acusando a Alí de seguir intereses externos adversos. A pesar de los llamados al diálogo y la diplomacia, las tensiones no han cesado, complicadas por el respaldo de Estados Unidos a Guyana, que ha declarado el incidente como una violación del territorio guyanés.
El conflicto, que tiene sus raíces en decisiones coloniales del siglo XIX, ha sido un punto de fricción constante pero poco prioritario hasta ahora. La reciente intensificación se produce tras un referéndum impulsado por Maduro para reclamar formalmente el Esequibo como parte de Venezuela, lo que ha sido percibido como una amenaza por parte de Guyana y sus aliados. La situación ha derivado en un contexto de hostilidades diplomáticas con potencial de escalada militar, particularmente con las próximas elecciones que Maduro planea llevar a cabo en el disputado territorio como el supuesto estado número 24 de Venezuela. Ante este panorama, Caricom ha emitido un comunicado exhortando a Venezuela a reconsiderar sus acciones para prevenir una mayor desestabilización en la región.
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