Nasser el Kidwa, un líder palestino y ex ministro de Asuntos Exteriores, recorre Europa con el ex primer ministro israelí Ehud Olmert, promoviendo un plan de paz que busca poner fin a décadas de conflicto entre israelíes y palestinos. Su propuesta aboga por la partición del territorio de Gaza y el control compartido de Jerusalén, con el objetivo de romper el ciclo de violencia que ha perdurado por un siglo. A pesar del escepticismo generalizado, El Kidwa defiende que solo mediante el reconocimiento mutuo se podrá alcanzar la paz duradera, persistiendo en la necesidad de que la comunidad internacional ejerza presión para impulsar este proceso. En sus declaraciones, El Kidwa se muestra crítico con el liderazgo actual de ambas partes, acusándolos de obstaculizar el progreso hacia una solución viable.
La propuesta de El Kidwa y Olmert resuena en un contexto en el que los liderazgos de Benjamin Netanyahu en Israel y de Mahmud Abás en Palestina son considerados más perjudiciales que beneficiosos para el proceso de paz. El plan presentado por el dúo se aparta de las tradicionales vías agotadas, ofreciendo un enfoque que se centra más en la pragmática y la aceptación que en la ideología o el pasado. El Kidwa es consciente del desafío que representa cambiar las dinámicas de poder existentes y tratar de convencer a las sociedades tanto israelí como palestina, que aún sufren las repercusiones de recientes conflictos. Sin embargo, se mantiene optimista sobre la posibilidad de un cambio político impulsado no solo desde dentro, sino también con el respaldo de gobiernos relevantes y de la comunidad internacional.
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