En la actualidad, propietarios de viviendas de las décadas de los 60 y 70 se enfrentan al desafío de modernizar sus espacios manteniendo el carácter original. Una tendencia en auge es la reforma de dúplex, donde la clave está en eliminar paredes y optar por una cocina abierta.
Esta transformación busca crear ambientes más fluidos y luminosos. Las viviendas de antaño, segmentadas en habitaciones pequeñas, no se adaptan a las necesidades modernas de espacios multifuncionales. Al derribar paredes, la luz natural fluye, generando una sensación de amplitud y conexión.
Expertos en diseño interior destacan que convertir la cocina en un espacio abierto junto al salón y comedor favorece la interacción social y maximiza el uso del espacio. Esta configuración es valorada por familias que desean compartir más tiempo mientras realizan actividades diarias.
No obstante, modernizar un dúplex implica más que cambios estructurales. Los materiales y acabados elegidos son cruciales. Suelos de madera, encimeras de cuarzo y azulejos modernos aportan un toque contemporáneo sin perder el encanto original.
La eficiencia energética también es un aspecto clave. Instalar electrodomésticos de bajo consumo, iluminación LED y ventanas de doble acristalamiento mejora el confort del hogar y reduce gastos a largo plazo.
Aunque la tendencia apunta a espacios abiertos, es vital adaptar cada proyecto a las necesidades de sus habitantes. La personalización asegura que el resultado sea estéticamente atractivo y, ante todo, un verdadero hogar.
Modernizar un dúplex de los 60 es un proceso que combina funcionalidad, creatividad y respeto por la historia del inmueble. Con las decisiones adecuadas, estas construcciones antiguas pueden convertirse en espacios acogedores y contemporáneos ajustados a la vida actual.


