El volcán La Soufrière, ubicado en la isla de San Vicente, entró en erupción el pasado viernes, expulsando una gran columna de ceniza y lava que obligó a miles de personas a evacuar la zona. La erupción ha causado importantes daños materiales y ha afectado gravemente el suministro de agua y electricidad en la región. Las autoridades locales han establecido refugios y están trabajando en la distribución de suministros esenciales para los afectados, aunque la situación sigue siendo crítica. La comunidad internacional ha respondido con rapidez, enviando ayuda humanitaria para mitigar el impacto del desastre natural.
La actividad sísmica en el volcán se había intensificado en las semanas previas, lo que llevó a las autoridades a emitir alertas y preparar planes de evacuación de emergencia. La última erupción significativa de La Soufrière ocurrió en 1979, y desde entonces ha sido monitoreado de cerca debido a su potencial destructivo. Los científicos continúan vigilando la situación de cerca para prever posibles nuevas erupciones y evaluar los riesgos, mientras los residentes de San Vicente enfrentan los desafíos de reconstruir sus vidas en medio de la devastación.
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