En la ciudad de Dajla, en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, una edificación española fundada en 1953 y que durante décadas cerró sus puertas intermitentemente, ha retomado su actividad regular desde hace dos años. Este cambio responde a la creciente llegada de migrantes subsaharianos que, hostigados por las autoridades marroquíes, encuentran en este templo un refugio y un punto de apoyo. La iglesia, que llegó a tener 27.000 fieles bajo la colonización española, cerró cuando Marruecos ocupó el territorio en 1975. Intentada derruir en 2004, fue salvada por la intervención de saharauis. Desde 2015, ha sido un punto de encuentro para los migrantes, ofreciendo no solo servicios religiosos sino también ayuda vital a través de Cáritas, con una asistencia mensual de 150 personas. Los migrantes, mayormente de países como Costa de Marfil, Senegal y Mali, buscan cruzar a las Islas Canarias, enfrentándose a redadas y deportaciones mientras intentan alcanzar su destino.
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