La naturaleza ha reclamado su espacio sobre los restos de lo que iba a ser el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), una obra propuesta por el expresidente Enrique Peña Nieto en el Lago de Texcoco. Las lluvias persistentes han elevado el nivel del agua, sumergiendo las estructuras del inconcluso proyecto tras su cancelación por órdenes del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Las imágenes de la zona muestran que el lago ha alcanzado profundidades de hasta cuatro metros, y se espera que continúe creciendo con la temporada de lluvias. Esta transformación ha reavivado los ecos de la controversia que rodeó al proyecto, reflejando las divisiones entre quienes apoyan la revitalización ecológica promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum y aquellos que critican su puesta en marcha.
López Obrador, tras una consulta ciudadana, suspendió el proyecto aeroportuario en 2018, generando incertidumbre entre los inversores y provocando fluctuaciones económicas. A pesar de las críticas, la administración avanzó con la visión de convertir la vastedad de Texcoco en un parque ecológico, bajo la dirección del arquitecto Iñaki Echeverría. Inaugurado recientemente, el Parque Ecológico Lago de Texcoco se erige como uno de los parques urbanos más grandes a nivel mundial, sirviendo como santuario para cientos de especies de flora y fauna. Según Echeverría, la recuperación de este espacio es crucial para el futuro del Valle de México, convirtiéndose en una pieza clave contra el cambio climático, mientras celebra la fuerza inquebrantable de la naturaleza sobre las ambiciones humanas fallidas.
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