El primer ministro británico, Keir Starmer, ha presentado una ambiciosa Revisión Estratégica de Defensa, que busca dotar al Reino Unido de herramientas adecuadas para enfrentar amenazas de guerra convencional e híbrida. Según Starmer, el país enfrenta la amenaza más grave desde la Guerra Fría, lo que ha impulsado un plan para preparar a las fuerzas armadas para un posible conflicto armado, en particular con miras a la creciente influencia de Rusia y China. Esto se materializa en la construcción del submarino de ataque nuclear SSN-AUKUS, que comenzará a operar a finales de la década de 2030 y reemplazará a la actual clase Astute, con el objetivo de fortalecer las capacidades navales del Reino Unido.
El programa de submarinos no solo incluye doce unidades SSN-AUKUS, sino también cuatro nuevos submarinos Dreadnought, lo que elevará a dieciséis el total de submarinos en la flota británica. Además, la Revisión Estratégica contempla inversiones significativas en ojivas nucleares y mejoras en la infraestructura de defensa, así como un aumento en el gasto en defensa hasta el 2,5% del PIB en 2027. Con estas medidas, el gobierno busca no solo reforzar su capacidad militar, sino también crear miles de nuevos puestos de trabajo en los próximos años, haciendo hincapié en la importancia de una preparación sólida frente a las amenazas contemporáneas.
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