El gobierno del Reino Unido ha decidido reforzar su presencia militar en la región en medio de las crecientes tensiones entre Israel e Irán. El primer ministro Keir Starmer ha anunciado el despliegue de más cazas de combate y aeronaves de la Royal Air Force como medida de contingencia, mientras los esfuerzos diplomáticos continúan ante la escalada de hostilidades. Francia y Alemania, junto con Estados Unidos, han instado a la reanudación de las conversaciones nucleares, destacando la necesidad de abordar las preocupaciones sobre el programa nuclear iraní. No obstante, Teherán ha emitido amenazas a las bases occidentales en la región, advirtiendo que podrían convertirse en objetivos si apoyan a Israel.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho un llamado a la paz y al diálogo entre Irán e Israel, a través de mensajes en sus redes sociales donde se atribuye el mérito de haber evitado otras guerras. Trump insiste en el potencial de alcanzar un acuerdo, aprovechando el comercio como herramienta diplomática. Sin embargo, Irán ha señalado su disposición a defenderse y ha criticado la postura occidental que considera basada en dobles raseros. La respuesta de la comunidad internacional subraya la urgencia de retomar las negociaciones, aunque el panorama sigue siendo incierto debido a la complejidad de las relaciones regionales y las amenazas bélicas.
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