Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, ha anunciado su intención de que el país reconozca al Estado palestino en la Asamblea General de la ONU, condicionando esta medida a que Israel tome acciones para mejorar la situación en Gaza. La presión sobre Starmer se ha intensificado en medio de la grave hambruna en la Franja de Gaza, situación que ha llevado a una significativa movilización de parlamentarios británicos y diversas organizaciones de derechos humanos. Starmer, quien ha recibido críticas por su postura percibida como proisraelí, ha lanzado una propuesta que exige a Israel un alto el fuego, el fin de la anexión de Cisjordania y un compromiso con la solución de dos Estados.
El contexto político se ha complicado para Starmer, particularmente después de que líderes de Francia y España reconocieran el Estado palestino de manera inalterable. La presión interna, incluyendo el apoyo al reconocimiento por parte de destacados miembros de su gobierno, obligó al primer ministro a actuar durante el receso estival. Mientras el ministro de Exteriores, David Lammy, reafirmaba en la ONU la postura británica, la oposición criticaba el enfoque del gobierno, acusándole de usar el reconocimiento como herramienta de negociación con Israel. Pese a las críticas, Starmer también responsabilizó a Hamás, instándoles a liberar rehenes y renunciar a las armas, en un intento por equilibrar su mensaje en un entorno político y humanitario altamente complejo.
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