La reciente llegada de Manuel Borja-Villel al escenario museístico catalán, tras su polémica salida del Reina Sofía, marca un nuevo enfoque en el ámbito de exposiciones en España. Como comisario junto a Lluís Alexandre Casanovas y Beatriz Martínez Hijazo, Borja-Villel presenta «Fabular paisatges», una muestra que desafía el modelo tradicional del museo, proponiendo un espacio de pensamiento crítico y fricciones. Esta exposición, inaugurada bajo el programa Museu Habitat y realizada en el Palau Victòria Eugènia, no busca ofrecer una narrativa cerrada, sino abrir un campo de posibilidades, interpelando los relatos que han gobernado el mundo del arte. La propuesta reclama un replanteamiento sistémico de los museos, abogando por un espacio de encuentros intempestivos y desafíos postcoloniales.
La simbología del lugar es central a esta iniciativa, situándose en un edificio histórico reservado, durante años, como almacenamiento de carrosses navideñas. Con el ojo puesto en Montjuïc, un punto neurálgico tanto física como simbólicamente en Barcelona, «Fabular paisatges» explora la historia traumática y rebelde de la montaña. La exposición cuestiona la tradicional pintura de paisajes al integrar memorias violentadas y experiencias subyugadas. Obras de artistas contemporáneos como Mabel Palacín y Efrén Álvarez dialogan con este contexto, ofreciendo nuevas reflexiones sobre el pasado y el presente. La exposición no solo revisita los legados coloniales y burgueses, sino que también sugiere un futuro museístico más plural y discordante, alejándose de la narrativa ordenada y buscando ilustrar otras conexiones entre arte, memoria y poder.
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