El gobierno de Venezuela, liderado por Nicolás Maduro, ha expresado su descontento con España tras las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien calificó al régimen venezolano como una «dictadura» durante la presentación del libro «El niño que perdió la guerra» de Julia Navarro. Como respuesta, el canciller venezolano Yván Gil ha comunicado, a través de su canal de Telegram, que adoptarán «las medidas necesarias» y convocó al embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, para expresar la postura contundente del gobierno venezolano. Además, Yván Gil resaltó que no permitirán ninguna acción «injerencista» por parte del gobierno español en asuntos que consideran exclusivos de los venezolanos.
La tensión no solo se limita a España, ya que el canciller Yván Gil también condenó las sanciones impuestas por Washington a 16 funcionarios venezolanos. En su comunicado, rechazó las «acciones injerencistas» de Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela, tras las sanciones que acusan al Poder Judicial venezolano de estar involucrado en un fraude electoral. Este fraude no reconoció la victoria de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales del 28 de julio. Desde entonces, González ha sido acosado por el régimen hasta que logró asilarse en España. La disputa resalta la creciente presión internacional sobre el régimen de Maduro y las ramificaciones diplomáticas que están surgiendo a consecuencia de sus acciones políticas.
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