En una entrevista con EL PAÍS, el recientemente fallecido escritor Mario Vargas Llosa, a sus 89 años, compartió que sus comienzos en la literatura se remontan a su paso por un colegio militar, al que fue enviado por su padre para apartarlo de su deseo de ser escritor. En este entorno, Vargas Llosa desarrolló su talento al escribir cartas de amor para sus compañeros cadetes. Esta anécdota, revelada en las celebraciones por el Día del Libro, sirve como un ejemplo evocador del temprano despertar literario que marcó el inicio de su carrera, la cual lo llevó a ganar el Premio Nobel de Literatura en 2010.
Paralelamente, el amor por los libros sigue vigente en España, como señala una encuesta de EL PAÍS y la SER, que revela que el 55% de los españoles leen con regularidad y uno de cada cuatro lo hace diariamente. Esta tendencia se ha visto reflejada en las conmemoraciones del Día del Libro, donde las viñetas publicadas por el periódico han capturado la esencia de cómo la lectura se convirtió en un refugio y un portal hacia otras realidades durante los años de pandemia. Tal narrativa refuerza la concepción de los libros como billetes de viaje y la lectura como una pasión inquebrantable que sigue alimentando la imaginación de muchos.
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