En un intento por desarticular la influencia de Los Chapitos, una facción del poderoso Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, las autoridades mexicanas han capturado a dos de sus colaboradores clave en Culiacán: José Ángel Canobbio, alias «El Güerito», y Kevin Alonso Gil, conocido como «El 200». Estas detenciones forman parte de una serie de operativos dirigidos por el Ejército que, desde septiembre, han resultado en al menos 51 arrestos de alto perfil, según información oficial recopilada por medios. La captura de estos individuos, considerados hombres de confianza de Iván Archivaldo Guzmán, pone en jaque la estructura operativa de Los Chapitos, que ha perdido a casi todos sus líderes operativos en los últimos 15 meses.
Estas acciones sustentan la posición de la presidenta Claudia Sheinbaum en su enfrentamiento narrativo con el mandatario estadounidense Donald Trump, quien ha destacado la lucha contra el tráfico de fentanilo como una de sus prioridades. Recientemente, Estados Unidos ha catalogado al Cártel de Sinaloa como una organización terrorista, subrayando a Los Chapitos como proveedores esenciales de fentanilo. En respuesta, Sheinbaum ha propuesto una enmienda constitucional para endurecer las penas a agentes extranjeros sin permiso operativo en México. Con el ambiente de tensión y violencia reinante, las recientes detenciones podrían influir significativamente en la guerra entre facciones internas del cártel, que ha dejado un rastro de violencia y muerte en las calles de Sinaloa.
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