La reciente reestructuración en la cúpula de la Agencia Tributaria (AEAT) tras la aparición de la trama Koldo ha llegado a su punto culminante. Jesús Gascón, presidente de la AEAT y secretario de Estado de Hacienda, ha decidido nombrar a Consuelo Sánchez como la nueva directora de Recursos Humanos. Este nombramiento se produce en un contexto de notable agitación dentro de la agencia, particularmente por el pacto del cupo catalán con ERC que ha generado un levantamiento entre los inspectores, quienes ven peligrar no solo sus funciones sino también la integridad de las arcas públicas y la política contra el fraude fiscal. Las tensiones se han acrecentado conforme se ha ido anunciando el plan de Salvador Illa de expandir significativamente la Agencia Tributaria de Cataluña, lo que ha sumido a los 4,000 funcionarios estatales en una incierta espera por aclaraciones aún no otorgadas.
El panorama se oscurece aún más por el extendido descrédito que enfrenta la AEAT a raíz del supuesto trato preferencial hacia David Sánchez, hermano del presidente Pedro Sánchez, en un informe elaborado en Extremadura que fue considerado irregular por su falta de firma. Este informe derivó en la obligación de ser firmado por los altos cargos implicados, dejando sospechas de manipulación desde la sede central de la AEAT en Madrid.
El relevo de Consuelo Sánchez se produce en sustitución de Marta Somarriba, cuya gestión ha sido percibida como desgastada debido a su vinculación con las reformas en la administración pública que han sido mal recibidas por la plantilla, incluida la posibilidad de convertir a interinos en funcionarios a través de un simple examen. Este cambio se ve como un esfuerzo de blindar la cúpula de la AEAT frente a la creciente rebelión de los inspectores, descontentos por la politización y el favoritismo aparente evidenciado dentro de la institución.
Se rumorea que Soledad Fernández Doctor, directora de la AEAT, intentó dimitir por el embrollo del cupo catalán, aunque los inspectores ponen en duda esta aseveración, considerándola una posible estrategia para preservar su imagen. Al respecto, esperan con interés el congreso de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) que tendrá lugar en Córdoba los días 24 y 25 de octubre, un evento al que tanto Fernández Doctor como Jesús Gascón han confirmado asistencia, aunque el año anterior la directora no se presentó. En aquella ocasión, el malestar entre los inspectores empezaba a manifestarse ante los rumores de los pactos de investidura de Pedro Sánchez.
En adición a estos desafíos, la AEAT enfrenta una crítica situación por el informe sobre la trama Koldo, informe etiquetado de «explosivo» por sus revelaciones sobre Víctor de Aldama, quien estaría en el centro de un entramado que ha desafiado al Gobierno. Este informe, entregado al juez Ismael Moreno pocos días antes de una serie de ceses en la AEAT, sacó a la luz un cambio de timón que incluyó la incorporación de inspectores con pasado en la Hacienda de José Luis Rodríguez Zapatero, generando suspicacias sobre su cercanía ideológica con el PSOE.
Los ajustes en la dirección han llevado a perfiles como Carlos Cervantes al cargo de delegado Central de Grandes Contribuyentes, un nombramiento que suscita controversia debido a su historial en la gestión de la lista Falciani. Cervantes, previamente involucrado en una querella archivada por supuesta prevaricación durante su mandato pasado, ahora ocupa una posición crítica para la supervisión de grandes empresas y entidades financieras.
En conjunto, la agencia afronta un periodo tumultuoso, con decisiones de personal cuidadosamente orquestadas en lo que algunos califican como una estrategia defensiva por parte de la Hacienda de Pedro Sánchez. Todo ello en medio de un clima de inquietud e incertidumbre que afecta tanto a la plantilla estatal como a la percepción pública sobre la integridad y eficacia de la Agencia Tributaria.
Fuente: Gestha