Gloria Llopis, una gestora de páginas web, siente el peso de la carga que representa ser autónoma en España. Con una cuota mensual de 282 euros, expresa su frustración ante la reciente propuesta gubernamental de aumentar las contribuciones de los autónomos, una medida que afectaría a más de tres millones de trabajadores por cuenta propia. Llopis, que se ha dado de alta como autónoma desde 2022, considera que el sistema trata a los autónomos como pequeños recaudadores de impuestos, en lugar de ofrecerles apoyo. Su experiencia diaria refleja las dificultades económicas a las que se enfrentan en su intento por mantener la viabilidad de sus negocios.
La inquietud entre los autónomos es palpable. Olesia, de una gestoría en Madrid, comparte que muchos de sus clientes están considerando abandonar sus negocios debido a los crecientes gastos y la falta de ingresos suficientes. Entre ellos se encuentra Miriam, una repostería por encargo que se plantea regresar al trabajo asalariado. Por su parte, Miguel, peluquero desde hace más de una década, muestra resignación ante los nuevos incrementos, afirmando que no cierran por montos tan pequeños. La percepción general es que la falta de apoyo estatal y las continuas subidas de cuotas están desgastando a los emprendedores, provocando que muchos reconsideren su futuro en el mundo del trabajo autónomo.
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